Historia del Monumento histórico "Convento Grande de San Ramón Nonato" en pleno centro porteño
Los claustros de
San Ramón
Por Raúl "Don" Sánchez
En plena “city” porteña existe un lugar que habitualmente pasa
desapercibido para los apresurados transeúntes. En el Nº 269 de la peatonal
Reconquista una pequeña puerta nos introduce sorpresivamente en un prodigioso jardín que, sobre todo en
primavera y verano, rezuma los
multicolores tonos de sus árboles y flores y el canto de los pájaros.
El “Convento Grande de San Ramón Nonato”, según la denominación oficial de
la Orden de la Merced, ocupa ese solar desde el año 1602. La orden religiosa
fue fundada por San Pedro Nolasco el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España.
Nació con la misión de “visitar y liberar a los cristianos que, por
circunstancias adversas a la dignidad de la persona humana, se encuentran en
peligro de perder la fe”.
Religiosos mercedarios llegaron a América en el segundo viaje de Colón
y por primera vez al Río de la Plata,
con don Pedro de Mendoza en 1536. Despoblado el original asentamiento,
regresaron a nuestra ciudad años después provenientes de los conventos de
Santiago del Estero y Córdoba. El solar
limitado por las actuales calles Reconquista, Sarmiento, Tte.Gral. Juan D.
Perón y Avda. Leandro N. Alem, fue adquirido a la orden de los dominicos,
quienes se trasladaron al sur de la Plaza Mayor. Las primitivas construcciones
fueron seguramente de adobe y paja ya que recién a principios del siglo XVIII
llegaron a Buenos Aires los primeros alarifes y arquitectos. La iglesia y
convento de la Merced, hoy existentes, datan pues de ese siglo.
Además de su función religiosa, el convento fue un foco de difusión de
cultura, aún a los mismos criados, guaraníes, mulatos y negros se les enseñaban
las artes de la música, la composición y la plástica, para el servicio de la
comunidad religiosa y solemnidad del culto. También se representaban obras de
teatro y se realizaban fiestas literarias, con la participación del vecindario.
En 1810, los conventuales de San Ramón tuvieron destacada actuación en los
acontecimientos que precedieron a la constitución del Primer Gobierno Patrio.
En 1823 la reforma religiosa impulsada por Bernardino Rivadavia instó a los
mercedarios a exclaustrarse o emigrar. El edificio fue sucesivamente cuartel y
hospital hasta que en 1830 recibe el “Asilo de Huérfanas” de la porteña
Sociedad de Beneficencia. A partir de
1947 lo ocupa la Dirección de Asistencia Social del Gobierno de la Nación. Si
bien no existen indicios ciertos, algunos aseguran que en sus claustros la Sra.
Eva Perón inició las actividades de la fundación que llevó su nombre.
En el año 1965 el convento es devuelto a la Orden de la Merced y por
treinta años, funciona en el lugar una
de las facultades de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
Actualmente es sede de la Curia Provincial de la Provincia Mercedaria
Argentina desarrollándose allí diversas obras espirituales y culturales.
El lugar permanece abierto al público de lunes a
viernes entre las ocho y las dieciocho horas. El mejor momento para visitarlo:
antes de las doce y después de las cuatro de la tarde. Si lo hace en horas del
mediodía, no disfrutará de la paz de los
claustros, aunque podrá graficarse con
un reparador almuerzo.
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