La educación en los museos.
En la actualidad, la función del museo consiste en difundir los conocimientos y presentar colecciones al público, a personas de todas las edades y orígenes, para que participen en el saber y la cultura. Pero es importante comprender que el aprendizaje que se adquiere en ellos suele estar alejado del aprendizaje escolar.
En el siglo XVIII, la aristocracia comenzó a interesarse por las cuestiones científicas, a investigar y clasificar la naturaleza. Las exposiciones que trasformaron en una moda utilizándolas como soporte para el estudio y la difusión. Comenzaron a ser especializadas e históricas. A diferencia del criterio de estos tiempos, en ese siglo, las exposiciones se organizaban con una idea de exhibir todo el patrimonio y sin un guión museológico. El único criterio que se utilizaba era el decorativo, el de la simetría, sólo buscando despertar emoción y sorpresa. Al proliferar las asociaciones, academias e instituciones especializadas (desarrollando un interés por la ciencia y la pedagogía) los objetivos y características de los muesos comenzaron a cambiar, convirtiéndose, paulatinamente, en aulas permanentes de lecciones históricas, un instrumento de aprendizaje (Linares).
En el siglo XIX (período positivista) los museos de Europa se expandieron y las colecciones privadas se fueron abriendo al público, siendo donadas a las naciones con el fin de educar e instruir a los ciudadanos empezando a jugar un rol fundamental en la construcción de la identidad colectiva. Así, los museos se convirtieron en depositarios del patrimonio cultural y su acción educativa comenzó, progresivamente, a cobrar mayor importancia.
Riviére, exponente de la Nueva Museología, define al museo desde un punto de vista participativo. Hughes de Varine, creador del Ecomuseo nos habla de la relación entre el museo y el medio ambiente; en donde la población se contempla para reconocerse y donde busca la explicación del territorio en el que se enraiza y en el que se sucedieron todos los pueblos que la precedieron, en la continuidad o discontinuidad de las generaciones.
En el reglamento de los museos estatales, establece que la difusión, conservación, investigación y la administración son áreas básicas y requiere de la elaboración de métodos didácticos de exposición, aplicación de técnicas de comunicación y la organización de actividades complementarias.
El ICOM define que “un museo es una institución sin fines de lucro, abierta al público y al servicio de la sociedad, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe, con el propósito de EDUCACIÓN y deleite, los testimonios materiales del hombre y su medio”.
Las funciones museísticas están estrechamente ligadas y se deben abordar las cuestiones educativas en función de la naturaleza de las colecciones. La selección de objetos presentados y expuestos depende no sólo del tema propio de cada colección, sino también del interés manifestado por los visitantes.
Cada museo debe constar con un plan museológico y programas de difusión y comunicación. Existe la necesidad de profesionalizar la actividad de los educadores del museo (por ejemplo los guías) y de disponer de un servicio pedagógico eficaz contratando especialistas en educación y capacitación complementaria en las demás disciplinas museísticas y enfatizando la importancia del trabajo cooperativo (y la comunicación) entre los profesionales del museo (y fuera de él) para el intercambio de ideas, asesoría y habilidades técnicas.
El responsable de la educación puede establecer el vínculo entre las instituciones y el público, los grupos y los particulares y abrir la vía de la cooperación.
En la actualidad, la misión educativa en los museos está ganando un lugar fundamental en las instituciones donde antes era un simple departamento.
En definitiva, el mensaje principal del museo está cada vez más en las historias que cuenta y en los modos en que habilita y aloja las experiencias de sus visitantes. Ellos son los museos y los muesos los visitantes.
Bibliografía
La educación en los museos, de los objetos a los visitantes. Silvia Alderoqui, Constanza Pedersoli. Editorial Paidós. Argentina. 2011.
 |
| http://www.arteshoy.com/?tag=museos-y-educacion |
En el siglo XIX (período positivista) los museos de Europa se expandieron y las colecciones privadas se fueron abriendo al público, siendo donadas a las naciones con el fin de educar e instruir a los ciudadanos empezando a jugar un rol fundamental en la construcción de la identidad colectiva. Así, los museos se convirtieron en depositarios del patrimonio cultural y su acción educativa comenzó, progresivamente, a cobrar mayor importancia.
Riviére, exponente de la Nueva Museología, define al museo desde un punto de vista participativo. Hughes de Varine, creador del Ecomuseo nos habla de la relación entre el museo y el medio ambiente; en donde la población se contempla para reconocerse y donde busca la explicación del territorio en el que se enraiza y en el que se sucedieron todos los pueblos que la precedieron, en la continuidad o discontinuidad de las generaciones.
En el reglamento de los museos estatales, establece que la difusión, conservación, investigación y la administración son áreas básicas y requiere de la elaboración de métodos didácticos de exposición, aplicación de técnicas de comunicación y la organización de actividades complementarias.
El ICOM define que “un museo es una institución sin fines de lucro, abierta al público y al servicio de la sociedad, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe, con el propósito de EDUCACIÓN y deleite, los testimonios materiales del hombre y su medio”.
Las funciones museísticas están estrechamente ligadas y se deben abordar las cuestiones educativas en función de la naturaleza de las colecciones. La selección de objetos presentados y expuestos depende no sólo del tema propio de cada colección, sino también del interés manifestado por los visitantes.
Cada museo debe constar con un plan museológico y programas de difusión y comunicación. Existe la necesidad de profesionalizar la actividad de los educadores del museo (por ejemplo los guías) y de disponer de un servicio pedagógico eficaz contratando especialistas en educación y capacitación complementaria en las demás disciplinas museísticas y enfatizando la importancia del trabajo cooperativo (y la comunicación) entre los profesionales del museo (y fuera de él) para el intercambio de ideas, asesoría y habilidades técnicas.
El responsable de la educación puede establecer el vínculo entre las instituciones y el público, los grupos y los particulares y abrir la vía de la cooperación.
En la actualidad, la misión educativa en los museos está ganando un lugar fundamental en las instituciones donde antes era un simple departamento.
En definitiva, el mensaje principal del museo está cada vez más en las historias que cuenta y en los modos en que habilita y aloja las experiencias de sus visitantes. Ellos son los museos y los muesos los visitantes.
Bibliografía
La misión educativa del museo en el marco de las funciones museísticas. ICOM Cómo administrar un museo. Cornelia Bruninghaus-knubel. 2006.
La educación en los museos, de los objetos a los visitantes. Silvia Alderoqui, Constanza Pedersoli. Editorial Paidós. Argentina. 2011.
.jpg)
Comentarios
Publicar un comentario