Arte: Manierismo

Manierismo en el arte pictórico

El manierismo es un estilo artístico que predominó en Italia entre el  Alto Renacimiento y el Barroco (1520-1590 aprox.). Extendiéndose  hasta España y Europa (central y norte).
El término deriva de la palabra italiana “maniera” (originalmente significaba simplemente “estilo”) y, actualmente, se lo denomina como  “A la manera de…”.
Sus características principales todavía traen controversia y no se ha alcanzado un acuerdo general en qué artistas y qué obras del último período renacentista pueden clasificarse como verdaderamente manieristas. Sin embargo, al hablar de los artistas que integraban la corte florentina a mediados del siglo XVI (como Bronzino, Vasari o salviati) podemos afirmar que poseían la característica principal de este movimiento (“a la manera de”).
En su sentido más estricto,  este estilo se encuentra  restringido a una tendencia particular de las artes figurativas de Italia central hacia la mitad del siglo XVI. Pero, debido a esta polémica, los historiadores del arte contemporáneos han preferido abandonar este término y hablar del Renacimiento “sin interrupción”, aunque tampoco ha sido una solución al conflicto ya que los estilos de estos artistas manieristas siguen la línea de  Da Vinci, Rafael o Miguel Ángel pero poseyendo una personalidad propia. Nos muestran una dependencia del arte del Alto Renacimiento y al mismo tiempo lo deforman sutilmente para crear un género más complejo y artificial de belleza.
Según Vasari, sus contemporáneos imitaban sólo lo más bellos modelos y elegían las facetas más hermosas de estos para lograr la belleza más pura (en lugar de imitar rutinariamente la ruda e imperfecta naturaleza como los artistas del siglo XV).
El movimiento fue una  reacción hacia el clasicismo y el ideal de belleza impuesto en el Alto Renacimiento. Las figuras eran intrincadas, con posturas complicadas o artificiales, estilizadas, extremidades alargadas y  cabezas pequeñas.
Si mencionamos  los colores que utilizaban, podemos caracterizarlos como “extraños”, fríos, artificiales, contrastados violentamente (sin apoyarse en las gamas). Otra característica de este estilo, antes impensado en la pintura del renacimiento,  era recortar las figuras (rompe con la idea de armonía y el equilibrio en la composición).
De todas maneras, más allá de las discrepancias en el origen y el carácter del  manierismo, sí se puede llegar a afirmar (por la mayoría de los historiadores del arte) que fue un fenómeno esencialmente italiano y que, aplicado al arte extranjero, estuvo bajo la influencia de Italia.


















Lucrezia Panciatichi. Autor: Bronzino

Bibliografía
“historia del arte: manierismo, barroco y rococó” Editorial Folio. 2006

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